domingo, 8 de noviembre de 2009

Algo sobre la movida cultural caraqueña

En este último trimestre del año he tenido la suerte de asistir a varios eventos culturales que me han hecho sentir muy satisfecho, todos efectuados aquí, en Caracas.
La mayoría de esos eventos han sido obras de teatro, tanto en la fundación Rajatabla como en las salas de Uneartes, antigua sede del Ateneo de Caracas. Las obras que vi en esos lugares, en serio, se ganaron los aplausos que no había dado ni siquiera en la graduación de mis hermanos en la universidad. Sobretodo la que vi en la pequeña sala de Rajatabla, “Cuentos de guerra para dormir en paz”. ¡Qué obra tan buena! La vi dos veces y todo, y después de verla por segunda vez, quería que todos mis panas se llegaran a verla. Una locura. En la sede de Uneartes, cuyas salas están en muy buenas condiciones (debía decirlo, ahora, con propiedad), vi dos obras de mucha calidad (José Amindra y Encuentro con Francis Rueda) y participé en una conferencia muy interesante, aunque un tanto accidentada por las eternas intervenciones de algunos oyentes, llamada “sobre la actualidad del concepto de arte”.
En estas obras que mencioné, así como en aquellas que no porque simplemente no me hicieron pasar un rato tan agradable, como una titulada “Bolívar, el libertador”, dirigida por Alberto Carbonell, -en la que pude ver con sorpresa e incredulidad cómo se mezclaban y se daban cita en el mismo escenario una estereotipada representación de indígenas americanos con algunas piezas de Franco de Vita (sí, tal cual)-, pude notar que hay muchísima gente participando activamente en la movida teatral caraqueña. De verdad. Y eso me alegra mucho, independientemente de cuáles sean los intereses o aspiraciones de los que forman parte de esa movida, de ese mundo. Considero que dicho mundo es, entre otras cosas, un espacio ideal en el que pueden gestarse y desarrollarse ciertos cambios y transformaciones (digo esto porque hay quienes dicen que hay cierto estancamiento y monotonía en el teatro de esta ciudad -si se estudia el fenómeno con atención, puede ser verdad-). Todo un espacio de posibilidades.
Pero más allá de estas consideraciones personales, lo que quiero es dar testimonio de la gran movida cultural que se está presentando actualmente aquí en Caracas, y de la diversidad de eventos que la constituye, porque ¿cómo obviar, por ejemplo, las exposiciones y talleres que se organizan mensualmente por el centro cultural Chacao, en el Rosal, (Pillen qué se ofrece en este espacio, panas de Mérida: http://www.culturachacao.org/) o los conciertos, cada miércoles, de los miembros de la Movida Acústica Urbana* (MAU), en el local Discovery Bar*?, ¿Cómo dejar de lado -ya en el ámbito cinematográfico- al concurso Caracas filminuto**?

Caracas es una ciudad que resguarda una importante variedad de eventos culturales (¡Ahora es que me faltan eventos por destacar!), en su mayoría interesantes y muy enriquecedores, aunque parezca que no es así. Sólo es cuestión de indagar –con interés y mucha paciencia- y de participar.


*:
http://agenda.universia.edu.ve/otras/2008/09/19/movida-acustica-urbana
**: http://www.mipunto.com/filminuto/index.html